Las empresas, ante situaciones inminentes de insolvencia, sois reacias a recurrir a asesoramiento profesional o a solicitar concurso de acreedores, por el coste que, equivocadamente se cree inasumible.
Lo que realmente tiene un coste inasumible es hacerlo cuando ya es tarde para salvar, siquiera una parte de su patrimonio.
Además no podéis olvidar que dada una situación generalizada de impagos, el concurso no es una opción, sino una obligación legal, cuya única alternativa sería aportar o encontrar los recursos necesarios para salir de esa insolvencia, Con lo cual, retrasar la decisión, no sólo no ahorra los costes que inicialmente se quieren evitar, sino que seguramente los ampliará y lo que es más importante, no se podrá asegurar salvar el patrimonio, porque será ya tarde!